Publicado el 28 agosto, 2019 por Hugo Valido
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Cohousing, ¿es una buena opción para las personas de tercera edad?

Cuando llegamos a una edad avanzada, en muchos casos necesitamos asistencia por parte de terceras personas porque nuestra salud ya no es la que era y en muchas ocasiones estamos incluso impedidos de movernos como quisiéramos. Esto provoca que las familias se hagan cargo en muchos casos de los abuelos y las abuelas, viviendo con ellos en la casa familiar.  Pero esto no siempre puede ser así, y hay también familias que entienden que lo mejor para que esas personas de avanzada edad estén bien cuidadas es tenerlas en una residencia para ancianos, donde estarán pendientes de ellos todo el tiempo.

Las residencias pueden ser una buena solución pero es cierto que resultan bastante asépticas, en el sentido de que muchos ancianos allí no se encuentran a gusto e incluso pueden llegar a echar de menos su casa o a su familia. Aun así, en este caso todavía conviven con otros ancianos y son bien cuidados. ¿Qué ocurre cuando una familia no puede vivir con la persona mayor pero tampoco pagar una residencia? En muchos casos, esas personas quedan viviendo solas en sus casas, con el peligro que eso puede conllevar para su alud si les ocurre cualquier accidente, y con la evidente soledad que tienden a sufrir en ese último periodo de su vida. Para evitar todo esto se ha creado el cohousing.

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Dinamarca: el país pionero de esta práctica

Se trata de una práctica novedosa en la que varias personas mayores deciden buscar una casa grande y común para poder vivir allí durante el tiempo que les quede después de jubilarse, por ejemplo. Es como un piso de estudiante, solo que con muchos más lujos y para la tercera edad. En Dinamarca este tipo de prácticas se están dando de forma cada vez más habitual, buscando los propios ancianos el convivir para evitar la soledad y los peligros de ésta, tanto mentales como físicos. En muchas ocasiones, los ancianos que se deciden por esta opción son amigos desde hace tiempo y deciden vivir juntos esos últimos años en una gran comunidad.

Los países nórdicos siempre han sido mucho más abiertos en este tipo de relaciones sociales, y buena parte de los avances que estamos recibiendo ahora en el sur de Europa nos llegan desde Dinamarca, Noruega o Suecia, países en los que la calidad de vida es bastante alta en cuanto al dinero, aunque no tanto en lo que a la salud se refiere. Pasar meses de invierno casi sin ver la luz del sol puede aquejar a cualquiera, y por eso siempre es mejor convivir con otros amigos para hacer más llevaderos esos últimos años, en una compañía que además parecen disfrutar por haberla elegido.

Ventajas e inconvenientes del cohousing

Este sistema está empezando a llamar mucho la atención no solo en aquellos países nórdicos, sino también en otros del sur de Europa como el nuestro, donde de hecho muchos de esos ancianos vienen a disfrutar de sus últimos años de vida en las costas, en ciudades con climas mucho más ventajosos. Las ventajas del cohousing son evidentes. Al vivir con otras personas, el precio del alquiler o de la hipoteca se divide entre muchas partes. Además, se evita la soledad de llegar a esos años y vivir solos. Esta es la principal razón para acudir a este sistema, para que los propios ancianos se cuiden entre ellos y se hagan compañía.

El cohousing tiene también algunas desventajas bastante evidentes. La primera de ellas es que cualquier persona deberá irse a vivir a un edificio distinto y dejar su casa, seguramente la que ha tenido toda su vida, algo que le provocará mucha tristeza. También se pierde un poco de la intimidad que se tenía en casa, aunque es cierto que muchas comunidades ofrecen este tipo de alojamientos en apartamentos privados, con zonas comunes, pero con mayor privacidad. Aun así, si somos muy celosos con nuestras cosas, tal vez este sistema no sea exactamente el mejor para nosotros, porque acabaremos cansados de compartirlo todo con otras personas.

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¿Es una forma para mejorar la calidad de vida de los ancianos?

En muchos casos, el cohousing ha supuesto un auténtico salvavidas para las personas mayores, especialmente aquellas que vivían solas y no tenían a nadie que les cuidase de verdad. En este tipo de casas puede haber servicios de enfermería las 24 horas, siempre que se pague, claro está, y en muchos casos puede ser como una residencia, solo que algo más económica y sobre todo, más privada y autogestionada por los propios ancianos, algo que también es importante. El vivir en compañía de otros como ellos, incluso de sus propios amigos, hará que esos últimos años sean más plácidos.

La calidad de vida de una persona no se mide solo por su salud física, sino también por la emocional, que es tan importante o incluso más. En este sentido, disfrutar de una vivienda en cohousing con otras personas, tener siempre a gente a tu lado con la que hablar o compartir algo, gestionar actividades para estar siempre entretenidos… Es algo que beneficia en mucho a los ancianos y les permite mantenerse activos, tanto física como mentalmente, a la hora de afrontar sus últimos años de una manera honrosa, estando bien cuidados y sobre todo, muy bien acompañados.

Un modelo de vida para combatir la soledad

Y es que uno de los principales problemas a los que se tienen que enfrentar las personas mayores llegadas a cierta edad es la soledad. Sobre todo cuando su pareja muere antes que ellos y se quedan solos en casa, siendo visitados por sus hijos y nietos de vez en cuando, pero enfrentándose a esa soledad que hacía mucho tiempo que no tenían, o tal vez, que ni siquiera habían experimentado nunca. Puede ser un golpe bastante importante en su ánimo, y por eso este tipo de proyectos pueden ayudarles mucho a estar mejor acompañados y disfrutar más de esos últimos años.

El cohousing se ha convertido en una gran alternativa para disfrutar mucho más de esos últimos años de vida y sentir que todavía tienen mucho que hacer, para disfrutar de la compañía de otros como ellos y cuidarse mutuamente. Es un sistema que seguramente se vuelva mucho más popular en los próximos años, dada la tendencia al envejecimiento gradual de la población, algo que incluso está empezando a alarmar a muchos con respecto al pago de las pensiones o al mantenimiento de la sanidad pública en un futuro no muy lejano.

Autor

Por Hugo