La economía, lo queramos o no, mueve el mundo, y más en un sistema como el que tenemos actualmente, un capitalismo que a veces se vuelve tremendamente salvaje y que siempre está buscando el crecimiento y la máxima productividad, aún llevándose a muchos sectores por el camino. Y es que todos los trabajos que se realizan actualmente se pueden clasificar básicamente en tres sectores básicos, el primario, el secundario y el terciario, cada uno de ellos con sus respectivas limitaciones, pero también con sus respectivas ventajas. No es que haya uno que sea mejor que otro, pero es cierto que tampoco hay mucho equilibrio entre ellos en la gran mayoría de países o regiones, ya que casi siempre se apuesta mayoritariamente por el sector servicios, el terciario.

Esto se produce porque se entiende que es el más productivo, el que puede generar más empleo y también más riqueza en general. No es algo que esté comprobado, pero sí que es cierto que el crecimiento de muchos países en los últimos años se ha dado precisamente por acogerse a ese sector terciario y dejar un poco de lado los otros dos. Sin embargo, como hemos podido comprobar en la crisis del Covid-19, este sector también es uno de los más frágiles ante cualquier bache económico, y los países que carecen de un buen tejido industrial y agrícola/ganadero suelen sufrir más en este tipo de rescisiones. Veamos cuál es el desarrollo de estos sectores en Europa, un continente que puede presumir de tener todo tipo de materias primas para los sectores primario y secundario, peor que igualmente ha potenciado en muchos casos el terciario para seguir creciendo más.

Qué es un sector económico

Un sector económico es una categoría dentro de la cual se reúnen los trabajos y empleos que tienen que ver en su raíz o en su forma de realizarse. La manera en la que algo se produce tiene mucho que ver también con la inclusión de un trabajo o un empleo concreto en este tipo de sectores. Lo habitual es separarlos en tres: sector primario, con la ganadería, la pesca y la agricultura, sector secundario, la transformación industrial de materias primas, y por último, el sector terciario, que se relaciona con la oferta de servicios, ya sean materiales o inmateriales. En los últimos años el sector terciario se ha querido dividir en otros dos sectores más, uno dedicado al trabajo intelectual y otro a las nuevas tecnologías, pero perfectamente pueden seguir incluyéndose dentro de ese tercer sector, al menos por ahora.

Tipos de sectores económicos

La clasificación anteriormente expuesta se puede extrapolar a cualquier economía del mundo, y suele ser útil para entender los movimientos de producción, manufacturación, distribución y venta que suceden en un país. Es una categorización que facilita tanto a las autoridades como a las propias organizaciones el tener contacto directo con aquellos que están en su mismo sector, tanto como competencia como clientes. El sector primario se llama así por ser el primero en surgir, hace cientos de años, a través de la explotación de materias primas por medio de la agricultura, la pesca, la ganadería y la minería, así como la explotación forestal. Hay que destacar que estas actividades cuentan con un régimen especial, por ayudar también, en muchos casos, a la conservación natural, y ser productos de primera necesidad.

En el sector secundario nos encontramos principalmente con todas las industrias, aquellas fábricas, talleres y lugares donde esas materias primas se transforman en productos que se pueden vender, agregándoles en el proceso un valor añadido evidente. Las industrias navales y aeronáuticas son ejemplos de los negocios de este sector, así como la industria alimentaria, e incluso la construcción, una de las que más peso tiene en muchos países europeos. Para terminar, el sector terciario incluye al resto de empleos y trabajos, los que tienen un contacto directo con el comprador, ya que le ofrecen un bien o servicio determinado. En este sector incluimos desde la restauración hasta el turismo, pasando por las tiendas minoristas y particulares, hasta cualquier tipo de servicio intelectual que podamos imaginar, desde la escritura hasta la música. Es, con mucho, el sector más importante en la mayoría de naciones europeas.

Sectores económicos más importantes de Europa

Entendiendo Europa como el conjunto de países que conforman la Unión Europea, nacida precisamente a mitad del siglo pasado con la idea de convertirse en una potencia económica, aunando las fuerzas de los diferentes países que iban sumándose, podemos entender que el sector terciario tenga tanta fuerza y sea tan importante en el desarrollo económico del territorio. Según datos del propio Banco Central Europeo, el 70% de PIB global de la Unión Europea se crea dentro sector, que además sigue creciendo y abriendo brecha con los otros dos, cada vez más importante en los últimos años por el desarrollo del turismo y las nuevas tecnologías, normalmente incluidas en el sector terciario. Países como Italia, Francia o España, sobre todo en el sur de Europa, se sustentan casi por completo en este sector, junto con la construcción, que pertenece al secundario. De hecho, ese sector, el más industrial, solo llega al 28% del aporte total del PIB europeo, aunque tiene cierto peso y reconocimiento en países con tradición industrial como Alemania o Reino Unido.

El sector agrícola, que sigue siendo importante en algunas naciones y regiones –como el sur de España, por ejemplo- apenas representa un 2% del total del PIB europeo. A pesar de ello, su importancia es capital ya que sin esas materias primas sería complicado sustentar al resto de sectores. La industria también trata de fortalecerse en muchas regiones, como sector mucho más estable que el terciario, aunque algo menos rentable en el corto y medio plazo. Esta es la razón por la que muchos optan directamente por ese sector terciario, para conseguir mayores beneficios en un espacio  más corto de tiempo.